Amanda Saldivia.-
Presentamos datos interesantes sobre una tradición que celebra la Iglesia Católica en el mundo y en nuestro municipio, pero que a veces pasa inadvertida, en medio de la rutina diaria. Se trata del período de Adviento, simbolizado por una corona de ramas verdes y cuatro velas. Es la preparación que comienza cuatro domingos antes de la Navidad.
Adviento, proviene del latín Adventus, que significa venida, llegada. En el portal Aciprensa.com destacan que el Adviento es un tiempo especial para la Iglesia Católica, porque promueve avivar el espíritu de espera y preparación para celebrar la llegada del Niño Jesús.
Este año comenzó este 27 de noviembre y el último domingo de Adviento será el 18 de diciembre. Es un tiempo cargado de simbología y representado por la corona de Adviento, integrada por varios elementos que juntos encarnar el amor de Dios, que es eterno, sin comienzo ni final.
La corona de Adviento es circular, porque representa precisamente el amor de Dios para siempre, el amor eterno. Se elabora regularmente con ramas verdes, color de la esperanza y la vida, porque como se lee en el citado portal “el anhelo más importante de nuestras vidas es reverdecer siempre, por la unión estrecha con Dios, nuestro Padre”.
En la corona de Adviento deben colocarse cuatro velas, tres moradas y una rosada. De acuerdo al ritual religioso, la familia debe reunirse en oración y encender la de color morado el primer domingo de Adviento, al igual que lo hará el siguiente. El tercero corresponde a la rosada, para marcar la conciencia del gozo, de la alegría “creciente porque se acerca la Navidad” y la última será morada.
La luz de las velas simboliza que “es Dios hecho hombre, Jesucristo, la luz del mundo” que vino a estar entre nosotros, para darnos una vida más plena y auténtica.
Esta tradición se remonta a la antigua Roma y la costumbre de tener velas encendidas durante los días de invierno. A los evangelizadores cristianos les pareció apropiado para significar con esa luz la venida de Cristo al mundo. Posteriormente, entre los siglos XVIII y XIX, al extenderse en Alemania la costumbre de colocar guirnaldas hechas con hojas y ramas pequeñas de pino verde los días previos a la Navidad, la tradición pasó a los templos y posteriormente se vinculó al Adviento.
De esta forma, la corona de follaje verde y las cuatro velas se extendió por el mundo. En algunas de nuestras parroquias eclesiásticas elaboraron la corona de Adviento y encendieron la primera vela de color morado este domingo 27 de noviembre, porque se acerca la fecha más importante del año, el nacimiento del Niño Jesús, nuestro redentor.
Ese fue el tema de la semana en la serie de micro El Poder del Conocimiento, iniciativa de la empresa Promasorca, con la finalidad de enriquecer los saberes con historia, anécdotas y curiosidades de esta región orituqueña y del mundo.
@amandasaldivia
