El Poder del Conocimiento: la primera planta eléctrica de Altagracia (1926)

El Poder del Conocimiento: la primera planta eléctrica de Altagracia (1926)

Amanda Saldivia.-

Esta semana el micro El Poder del Conocimiento, espacio de la empresa Promasorca, estuvo dedicado a una anécdota interesante relacionada al tiempo que duró el traslado de la primera planta eléctrica que llegó a Altagracia de Orituco, iniciativa de Arturo De Gregorio, un italiano que vivió desde temprana en este valle y quien era el propietario de la hacienda La Rubileña, que estaba ubicada donde es hoy el embalse Guanapito.

El relato está en el libro Un Siglo de Alta Gracia (1905-2005), de Marco Tulio Parra Castillo, gracitano quien en la introducción de la obra deja claro que no es historiador y que la inspiración a escribir fue el amor a sus raíces, porque “es común en todos los pueblos ver el pasado como una época gloriosa”.

De allí, que “intenta alegrar el espíritu al recordar hecho, pero también para hacernos reflexionar sobre acciones, tales como el valor del trabajo, la perseverancia, el respeto a uno mismo y a los demás”.

Entre los hechos recopilados está el traslado de la primera planta eléctrica. Cuenta el autor, que en el año 1925 Don Arturo De Gregorio compró ese equipo en Estados Unidos y a comienzos de 1926 recorre varias poblaciones de Guárico y Miranda en busca de personal para transportar con bueyes que compró en Cúa, el pesado equipo que estaba atascado en el paso El Samán del río Guárico.

Una vez que logró contratar la cuadrilla, procedió al traslado de la gigantesca pieza de la planta con la fuerza de 32 yuntas haladas por bueyes, que eran guiados por Don Arturo De Gregorio.

Precisó, que desde El Sombrero hasta La Rubileña tardaron seis meses y es que el trasladó se complicó, porque salieron en temporada seca y los agarró la época de lluvias. Así que llegar a esta población y seguir rumbo a la hacienda, no fue sencillo, hubo que sortear complicados pasos, hasta que la planta finalmente fue instalada por Don Arturo De Gregorio, con la ayuda de los hijos y el apoyo del ingenioso Ángel Constant.

Cuentan que se construyó una acequia desde el río Orituco que alimentaba el sistema de generación y con eso se iluminaban los bombillos de 500 postes del alumbrado público, servicio que contrató el Concejo Municipal.

Otro dato curioso, que tres años después, el caudal disminuyó, al parecer debido a la tala en las cabeceras del río Orituco, lo que afectó la capacidad generadora de la planta.

Despedimos este micro con la reflexión del autor Marcos Parra, dice así “es preciso conocer quiénes somos, nuestro origen, nuestras pequeñas historias, nuestras fortalezas y debilidades, para poder formular metas factibles de ser alcanzadas…para trazar nuestro proyecto de vida, de lo contrario seremos como un bongo a la deriva, que llega hasta donde lo conduzcan las corrientes”.

@amandasaldivia

Foto cortesía: restos de la planta quedaron expuestos en el embalse Guanapito, tras una fuerte sequía.

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