Las consecuencias de cocinar en fogones a leña se observan en las manos de Rosa Silva, habitante de Lezama
Rosa Silva es una entusiasta mujer de 66 años de edad, quien mostró como sus manos están llenas de carbón y con quemaduras, desde que el gas doméstico dejó de llegar a Lezama y se vio en la obligación de recurrir al fogón a leña.
Nos contó que además debe caminar cierta distancia, desde su ranchito en el sector Bellas Brisas, hasta las zonas donde están los árboles que ahora sirven de combustible para cientos de hogares de esa parroquia del municipio Monagas, Guárico.
Explicó que las condiciones económicas no dan para comprar una cocina eléctrica y además no es la alternativa, porque el racionamiento lo aplican ahora por seis horas y en oportunidades hasta dos veces al día.
Mientras mujeres como Rosa padecen las consecuencias de la escasez de gas doméstico, las empresas privadas locales siguen a la espera de poder cumplir con los clientes, porque son restricciones tomadas por el mismo gobierno, las que impiden el llenado de los cilindros en las distribuidoras de Puerto La Cruz y de Digas en el estado Guárico, todo eso por las fallas en el criogénico de Jose.