Amanda Saldivia
Para Celso Fantinel, primer vicepresidente de Fedeagro, la expropiación de Agroisleña hace 10 años marcó el antes y el después en la producción nacional, porque el gobierno con esa acción trazó una estrategia equivocada, cuyas consecuencias se evidencian hoy con la disminución significativa de las siembras y la marcada tendencia hacia el consumo de productos importados, algunos de dudosa calidad, libres de aranceles que inundan el mercado y compiten de manera desleal con lo poco que se elabora en el país.
Las declaraciones de Fantinel, las ofreció en la sede de Apasygua en Altagracia de Orituco, asociación que agrupa a productores del sur de Aragua y de Guárico. Al presentar la radiografía de la situación del agro este año 2020, dijo que no se respetaron los precios, no hay crédito bancario desde hace tres años, a lo que se suma la inseguridad y las dificultades para adquirir combustible.
A juicio de este productor, con más de 25 años como gremialista, el gobierno potencia lo que se ha llamado la “política de bodegones”, que busca beneficiar a unos pocos del sector importador en detrimento del campo y de los consumidores; sin reconocer que Fedeagro y Fedenaga son quienes sustentan de forma privada entre el 85 y el 90 por ciento de la producción del país.
Otro aspecto mencionado por Celso Fantinel, fue la actual distorsión en la cadena de comercialización de productos, la cual se ve afectada por la cantidad de alcabalas que exigen a los “ferieros” de hortalizas, por ejemplo, montos o productos para permitirles seguir el recorrido y esto encarece el precio de venta al consumidor final.
A pesar de lo expuesto, se mostró optimista en la recuperación del sector si se dan los cambios que requiere el país, porque considera que Venezuela tiene todas las potencialidades para exportar cereales, carne, hortalizas y hasta frutas exóticas.
@amandasaldivia