Amanda Saldivia.-
En Caracas había un sector llamado El Tartagal, donde abundaban las plantas de tártago. Era una zona de pobreza que fue transformada en lo que hoy conocemos como El Silencio. La historia de cómo cambió de nombre de El Tartagal a El Silencio es interesante, porque el origen está en una epidemia que azotó a Caracas en el año 1658.
Cuentan que en medio de tanta muerte y desolación el Cabildo envió una comisión a El Tartagal para saber de la suerte de las familias que vivían en esa zona pobre de Caracas. Al redactar el acta de lo que vieron, escribieron lo siguiente: Solo se advierte silencio, un profundo silencio”. A partir de allí paso a llamarse El Silencio.
En el portal Cuéntame Caracas reseñan que antes de ser transformada en la década de los años 40, en El Silencio existía “331 casas, de las cuales 42 eran prostíbulos, 49 casas de vecindad, 32 expendios de licores y nueve de hospedajes”.
Era tan crítica esa zona de Caracas, por la mala fama que tenía, que a las viviendas les colocaban un aviso que decía Ojo pelao Casa de familia. Eso era para diferenciarlas de los prostíbulos, porque como era de esperarse allí también vivían familias de escasos recursos económicos, pero de sobrada solvencia moral.
Otro dato interesante es que en El Tartagal vivió la Negra Hipólita, quien fue nana del Libertador Simón Bolívar y cuya vivienda se conservó hasta el año 1942, cuando fueron demolidas todas las casas de lo que ya se conocía como El Silencio. Esa demolición dio paso a la construcción de un urbanismo espectacular, con viviendas de interés social y áreas comunes, obra impulsada y ejecutada en el mandato del general Isaías Medina Angarita.
El proyecto fue financiado por la banca internacional y estuvo a cargo del afamado arquitecto Carlos Raúl Villanueva, quien con la ayuda del escultor Francisco Narváez, transformó ese caótico lugar en un complejo de siete bloques y dos plazas que fue inaugurado en el año 1945.
En la actualidad no está el esplendor de El Silencio que inauguró el presidente Isaías Medina Angarita de la mano del arquitecto Villanueva y el escultor Narváez. Sin embargo, la transformación se logró y ahora esa zona es una de las más bulliciosas de Caracas, aunque su nombre tiene como origen el silencio que caracterizó a la zona El Tartagal en medio de la epidemia de 1658.
Ese fue el tema de la semana en la serie de micros El Poder del Conocimiento, transmitidos en el programa radial Tiempo de Cambios de la emisora Activa 104.9 FM, los cuales son iniciativa de la empresa Promasorca, con la finalidad de enriquecer los saberes con historias, anécdotas y curiosidades de la región del Orituco, Venezuela y el mundo.
@amandasaldivia