Amanda Saldivia
Despedimos el 2020 con una crisis severa de gas doméstico, originada por el deterioro de la industria petrolera que reporta bajos niveles de producción, entre ellos el suministro que debe recibir el criogénico de Jose, instalación que además presenta fallas en equipos que complican la disponibilidad de este combustible en los hogares.
En el municipio Monagas, Guárico, el impacto se sintió con mayor intensidad a partir del mes de mes de abril, cuando las empresas privadas locales comenzaron a reportar que había escasez en las distribuidoras de Anzoátegui y Aragua, a lo que se sumó el proceso de transferencia de Gas Comunal a las gobernaciones, que trajo consigo mayores restricciones en el despacho.
En el caso de esta entidad, nace Digas Guárico, presidida por el general Dionisio Goncalves, quien en declaraciones ofrecidas en julio de 2020 reconoce que harían esfuerzos para cumplir con los despachos acumulados hasta la fecha, porque ya eran notorios los problemas en el criogénico de Jose.
Lo cierto, es que no ha estado fácil para las familias, porque muchas fueron forzadas a utilizar fogones a leña ante la escasez y se generó además la venta con sobreprecio, conocida como “bachaqueo”, práctica ya común en el país cada vez que un producto básico no cubre la demanda.
Entonces el 2020 se despide con varios escenarios. Los hogares que hacen esfuerzos para cancelar los cilindros a las empresas privadas, que mayormente ofrecen el suministro a precios que oscilan entre los 5 a los 10 dólares por la bombona pequeña, a 15 la mediana y a 25 la grande.
Por otra parte, quienes migraron a cocinas a gasoil y tienen que llenarse de paciencia para soportar las largas colas en las estaciones de servicio para poder adquirir las garrafas, lo que implica igualmente un descaste físico y emocional, porque este suministro también presenta fallas.
Adicionalmente está el grupo que compró hornillas eléctricas, quienes siempre están a la expectativa, porque el racionamiento no ha cesado e incluso en ocasiones puede ser antes de mediodía y extenderse hasta por seis horas.
Y por último, destaca el que camina kilómetros en busca de leña, para poder habilitar los fogones. Ese grupo familiar es el más vulnerable, porque los ingresos no le permiten otra alternativa ante la escasez de gas doméstico subsidiado por el gobierno.
