Amanda Saldivia.-
En el año 1976, en el marco de la celebración de los 300 años de creación de la parroquia Nuestra Señora de Altagracia, el Dr. Pedro Natalio Arévalo presentó una de sus obras. La tituló El Periodismo en Altagracia de Orituco.
En las páginas preliminares escribió que es “una pequeña crónica, que tiene solo como mérito el hecho de la paciencia y de la acuciosidad en ir hilvanando año tras año, las noticias fidedignas sobre los periódicos y revistas que se han publicado en esta villa de Altagracia de Orituco desde 1882 hasta 1950”.
Realmente una presentación sencilla y desde la humildad que caracterizó al Dr. Pedro Natalio Arévalo, abogado, periodista, colaborador de medios nacionales y editor de periódicos, tales como El Surco y Cosechas.
La obra El Periodismo en Altagracia de Orituco, tiene gran valor, porque sin ella sería difícil conocer la historia y nombres de quienes se dedicaron a plasmar en medios impresos el acontecer del Orituco.
Comienza resaltando el periódico La Oriflama del Progreso, cuyo primer ejemplar se imprimió el 12 de agosto de 1882, iniciativa de José Antonio Hurtado Mancebo, quien trajo la primera imprenta a esta población.
Entre las curiosidades está un periódico que fue considerado uno de los más pequeños del mundo. Se llamaba El Coloso. El primer ejemplar salió en junio de 1915 y era firmado por Juan Hidalgo.
El Dr. Pedro Natalio Arévalo escribió que su diminuto tamaño causó revuelo en los círculos periodísticos, al punto de que esa primera portada fue publicada por un periódico de Estados Unidos.
El Coloso condensó las noticias y opiniones con una fuerza extraordinaria, como se pudo leer en ese primer ejemplar que decía Prospecto: Hoy que la decrépita Europa desgarra sus estériles entrañas con el fierro que ha estado forjando durante una centuria y detiene el carro de la civilización con océanos de lágrimas y sangre, hoy que levanta su cetro de barbarie y huye desolado el ángel de la paz, hoy que reina el crimen y la virtud sucumbe, hoy nace El Colosal”. Esas líneas en ese diminuto periódico gracitano eran en alusión a los estragos de la Primera Guerra Mundial.
En la fundación Dr. Pedro María Arévalo está celosamente resguardado en una caja de vidrio uno de los ejemplares de El Coloso, el periódico Colosal, eslogan que identificaba a este diminuto medio impreso gracitano que, con cuatro paginitas, que causó revuelo mundial.
@amandasaldivia