Amanda Saldivia.-
La sexta entrega de Forjadores de Progreso, iniciativa de la empresa Promasorca como parte de la celebración del 25 aniversario, está dedicada a la familia De Angelis Profeta, inmigrantes italianos que se instalaron en Altagracia de Orituco, Guárico, a comienzos de los años 50.
El señor Donato De Angelis llegó a este poblado en 1953. Aquí estaba su hermano Fiorindo, quien como otros italianos vio en Venezuela la alternativa para emprender una nueva vida y dejar atrás la devastada Europa de la posguerra.
Donato ya estaba casado con Annunziata Profeta y producto de esa unión habían nacido Luciano, Bruno y Giovanni. Vivían en el pequeño poblado de San Giorgio de Abruzzo, en Italia.
La despedida no fue fácil, porque la familia no partió junta. En San Giorgio se quedó Annunziata y los niños a la espera de ese viaje a Venezuela que se dio en 1955, año en el cual llegan al puerto de La Guaira y posteriormente a Altagracia, a una vivienda, ubicada en la calle Chapaiguana norte, cerca de la plaza Bolívar. En esta tierra gracitana nació Elisa y Marisela.
El señor Donato apenas llegó a Altagracia se incorporó a la construcción del emblemático grupo escolar José Ramón Camejo. Trabajaba incansablemente y las labores las combinó con la actividad de siembra que realizaba en el fundo Beatriz, el cual pudo adquirir en el año 1959 en Libertad de Orituco y en el cual cultivaba tomate, cebolla y pimentón.
Inquieto por las complicaciones de la vialidad, decide en 1963 contratar a los Ustinenko, quienes transformaron el estrecho camino entre Lezama y Libertad de Orituco en una vía para el tránsito vehicular. La obra fue de impacto para los habitantes de esa zona, quienes antes tenían que hacer el trayecto por la vía de Los Negros.
El señor Donato no dejó a un lado la pasión por las edificaciones. Él fue fundamental para la construcción de la planta procesadora de tomate La Gaviota y frente a ella estaba el hotel restaurante La Moderna, otra iniciativa de la familia De Angelis, quienes para el año 1966 y hasta 1975 estuvieron al frente de ese negocio que abría a las 4:00 de la madrugada y que a mediodía ofrecía deliciosos almuerzos, entre ellos las pastas con la salsa que preparaba la señora Annunziata.
A la par de la construcción de otras obras, entre ellas galpones y viviendas a particulares, el señor Donato con la fuerza y la unión que caracteriza a la familia De Angelis, siguió generando empleos en cada labor que emprendía. El fundo Beatriz se quedó pequeño y comenzaron a arrendar tierras. Llegaron a Chaguaramas, Valle de la Pascua, Las Mercedes y hasta Guanarito en el estado Portuguesa, lo que les permitió sembrar en un año 6 mil hectáreas de maíz y después 4 mil de sorgo, la extensión más grande que hayan sembrado como grupo familiar.
Hasta aquí la primera entrega de Forjadores de Progreso dedicado a la familia De Angelis. En la próxima publicación, la anécdota de la finca La Candelaria y la adquisición de Promasorca.
@amandasaldivia
Excelente familia, compartí gran amistad con Giovanni, trabajé alguna veces con el en la hacienda La Candelaria, compartíamos en un grupo de amigos del cine Antenas. Al igual que Bruno y Luciano compartí cuando apoye en la remodelación de toda la flota de tractores Jhon Deere y las máquinas Caterpillar. Ellos me decían ” medio metro” apodo que me coloco uno de sus mecánicos por mi elevada estatura. Saludos familia De Angelis.